✈️ Cómo las aerolíneas se convirtieron en bancos… sin que nos diéramos cuenta
Durante la pandemia, las aerolíneas enfrentaron su peor pesadilla: cielos vacíos, aviones en tierra y millones en pérdidas. Pero lo que nadie esperaba es que su salvavidas no fueran los aviones… sino los puntos.
Sí, esos puntos de viajero frecuente que acumulamos con cada vuelo o compra con tarjeta de crédito, resultaron ser activos tan valiosos que literalmente salvaron a las aerolíneas del colapso. ¿Cómo es eso posible?
🧩 Veamos cómo funcionan los planes de millas
Los programas de fidelidad comenzaron en los años 80 como una forma de premiar la lealtad: volabas mucho, acumulabas millas, y podías canjearlas por otro vuelo. Era simple.
Pero hoy, esos programas son un complejo sistema financiero.
Ahora acumulas millas por todo:
- Alquilar un carro (por ejemplo, con Hertz),
- Reservar hoteles,
- Comprar en tiendas asociadas,
- Y sobre todo, al usar tarjetas de crédito co-brandeadas.
Un banco como Citibank le compra millones de millas a American Airlines. Luego, lanza una tarjeta que te da millas por cada dólar que gastas.
Tú sientes que estás "ganando puntos"... pero la aerolínea ya hizo negocio antes de que tú tomes un solo vuelo.
Y lo mejor (para ellas): las millas no se consideran ingreso para ti, ni para ellas. No pagan impuestos. Tampoco son una deuda registrada como tal. Son una promesa vaga de un servicio futuro… que probablemente no te salga tan barato como esperas.
💥 Cuando las millas valen más que los aviones
En 2020, cuando el mundo se encerró y los vuelos se suspendieron, las aerolíneas necesitaban efectivo urgente.
¿Y qué ofrecieron como garantía para pedir préstamos? ¿Aviones? ¿Rutas? No.
Ofrecieron sus programas de millas.
- United Airlines valuó su programa MileagePlus en 21.9 mil millones de dólares, más del doble de lo que valía la aerolínea completa en la bolsa en ese momento.
- American Airlines y Delta presentaron valuaciones aún mayores, hasta 31.5 mil millones.
Fue como si las aerolíneas dijeran: “Ok, dejamos de volar… pero seguimos vendiendo puntos. ¡Eso no para!”
Y no paró. Porque los bancos, empresas y socios comerciales siguieron comprando millones de millas, incluso cuando nadie estaba volando.
🏦 ¿Estamos hablando de aerolíneas… o de bancos centrales privados?
Piénsalo: las aerolíneas tienen su propia moneda (las millas),
- Ellas la emiten,
- Ellas deciden cuánto vale,
- Ellas controlan las condiciones de uso,
- Y la venden a terceros (bancos, empresas, etc.).
Eso es lo que hace un banco central.
Pero a diferencia de un banco real, no están reguladas como tal.
No necesitan reservas para respaldar las millas emitidas.
No hay límites estrictos.
Y si tú no usas tus millas, o se vencen, ganancia pura para ellas.
Además, han hecho ajustes para que el sistema sea aún más rentable:
- Ya no ganas millas por distancia volada, sino por dinero gastado.
- Los canjes ya no tienen un precio fijo. En temporada alta, un vuelo puede costarte el doble o triple de millas.
- Las condiciones son tan dinámicas que hoy es casi imposible “ganarles” el juego.
📈 ¿Cuál es el verdadero negocio?
En 2018, por ejemplo, American Airlines perdió dinero volando, pero ganó 1.9 mil millones de dólares con su programa de viajero frecuente.
Y ese patrón se repite:
Las aerolíneas pierden dinero en su operación principal… y lo compensan vendiendo una ilusión cuidadosamente calibrada de recompensas.
Entonces, ¿son empresas de transporte… o de marketing financiero?
🎯 Conclusión: bienvenidos al casino de las millas
Lo fascinante —y quizás un poco perturbador— es que todos participamos de este sistema sin notarlo.
Acumulamos millas como si fueran premios, sin ver que somos el combustible de un negocio multimillonario que funciona incluso cuando nadie viaja.
Las aerolíneas ya no dependen del turismo.
Dependen de que tú quieras volar.
O mejor dicho: de que creas que algún día vas a volar gracias a tus puntos.