💰 Cobrar más impuestos no implica más recaudo. ¿Por qué?
Imagina que tienes una heladería. Un día decides subir el precio de los helados para ganar más dinero. Pero si te pasas con el precio, la gente deja de comprarte. Resultado: vendes menos, ganas menos. Esta idea tan simple también aplica al mundo de los impuestos, y es la base de la famosa curva de Laffer.
📈 ¿Qué es la curva de Laffer?
La curva de Laffer es una teoría económica que plantea algo contraintuitivo: subir los impuestos más allá de cierto punto puede hacer que el Estado recaude menos dinero, no más.
¿Por qué? Porque cuando las tasas impositivas son demasiado altas, las personas y las empresas:
- Pierden el incentivo para trabajar o invertir más.
- Buscan formas de evadir o eludir impuestos.
- Se mudan (o trasladan su dinero) a lugares con impuestos más bajos.
- Se refugian en la informalidad.
Entonces, en lugar de aumentar la recaudación, los impuestos excesivos desincentivan la generación de riqueza formal. El resultado es una curva con forma de campana: al principio, subir los impuestos incrementa la recaudación, pero pasado cierto punto… el efecto se revierte.
🧾 ¿De dónde salió esta idea?
Aunque se llama "curva de Laffer" por el economista estadounidense Arthur Laffer, la idea no nació con él. De hecho, ya el historiador árabe Ibn Khaldun en el siglo XIV decía que los gobiernos que subían impuestos terminaban recaudando menos. Incluso Keynes, mucho antes de Laffer, sugería que había un punto óptimo para los impuestos.
Lo que hizo Laffer fue popularizar la idea en Washington en los años 70, supuestamente dibujándola en una servilleta durante una cena con asesores del presidente Reagan. Y aunque la historia suena de película, el concepto se volvió parte clave del pensamiento económico conservador.
🧪 Casos reales que prueban la curva
Aunque es una teoría, hay varios casos reales que parecen confirmarla. Aquí algunos ejemplos llamativos:
🇺🇸 EE. UU. – Reagan y las rebajas impositivas
En los años 80, Ronald Reagan redujo la tasa máxima del impuesto sobre la renta del 70% al 28%. Contra lo que muchos esperaban, la recaudación total por este impuesto aumentó. Claro, hubo factores como el crecimiento económico, pero la curva de Laffer ganó protagonismo como argumento político.
🇸🇪 Suecia – El susto de los ricos
En los años 70 y 80, Suecia tenía tasas impositivas altísimas (algunos ricos pagaban hasta el 90%). El director de cine Ingmar Bergman huyó a Alemania tras una acusación fiscal. Muchos otros hicieron lo mismo. En los años 90, Suecia redujo sus tasas marginales altas, y... la recaudación subió. Menos evasión, más cumplimiento.
🇷🇺 Rusia – Simplificación y resultados
En 2001, Rusia implementó un impuesto plano del 13% sobre la renta, eliminando el sistema escalonado. Pese al escepticismo, la recaudación aumentó considerablemente. El mensaje era claro: menos complicaciones y menos evasión.
🇫🇷 Francia – El experimento fallido
En 2012, el presidente François Hollande impuso un impuesto del 75% a los ingresos más altos. ¿Resultado? Muchos ricos huyeron (como el actor Gérard Depardieu) y el impuesto recaudó muy poco. Fue eliminado en 2015.
🇨🇴 Colombia y otros países de LATAM
En América Latina, cuando los gobiernos suben impuestos sin mejorar la eficiencia del gasto o la percepción de justicia tributaria, suelen fomentar más informalidad y evasión, especialmente entre clases medias y altas. Así, el aumento de tasas no siempre se traduce en mayor recaudación efectiva.
🤔 Entonces... ¿subir impuestos es malo?
No. La curva de Laffer no dice que los impuestos altos sean siempre malos, sino que hay un punto a partir del cual dejan de ser efectivos. Lo que importa no es solo cuánto se cobra, sino cómo y a quién.
Y ese "punto óptimo" varía según:
- El contexto económico.
- La cultura tributaria.
- La confianza de la gente en el gobierno.
- La facilidad para evadir.
En otras palabras: no se trata de cobrar menos, sino de cobrar mejor.